miércoles, abril 18, 2007

Alimentación para la felicidad

La felicidad esta influenciada por muchos factores: trabajo, familia, amigos, tráfico, hábitos, salud, etc. Uno de los más importantes es la propia salud, la cual comienza con una buena alimentación.

Una alimentación sana y de calidad no significa pasar hambre, o hacer dietas, o hacer mucho ejercicio. Se trata, sobre todo, en tener buenos hábitos alimenticios y elegir bien qué comer. Esto, indudablemente, afectará a nuestro organismo, el cual evitará enfermedades, trastornos derivados de una mala alimentación, y, sobre todo, equilibrar el peso.

Los consejos que aquí doy los he probado y, en mi caso, han sido efectivos. He reducido casi 30 kilos de peso, aunque he de reconocer que he hecho bastante ejercicio, lo cual ha ayudado bastante.

Recomiendo a todos los lectores el método de Michel Motignac, un reconocido y afamado dietista francés, que ha ido en contra de todo lo que se suponía de cierto en las dietas: pocas calorías y mucho ejercicio. En sus libros explica por qué la mayoría de las personas obesas comen poco o más bien poco, o por qué dos personas que comen las mismas calorías todos los días, una es más obesa a otra, o por qué al hacer una dieta hipocalórica se pierde muy rápido y muy deprisa, pero luego tenemos el efecto rebote, aún cuando seguimos con la misma dieta. En sus estudios estadísticos, científicos y médicos, demuestra que no hay un secreto para tener un peso idóneo, y que todo radica en la calidad de nuestra alimentación.

Al parecer, el problema de la obesidad y de los trastornos alimentarios provienen del metabolismo que se inicia en el páncreas, el cual regula los excesos de glucemia en la sangre a través de un regulador insulínico. Con nuestra alimentación tendemos a desproporcionar este metabolismo, tendiendo a almacenar grasas de forma anormal.

En este post voy a relatar unos consejos básicos basados en este método, pero en los libros de Michel Motignac podréis encontrar las explaciones a todo cuanto queráis, así como suculentas y sabrosas recetas.

En primer lugar, hemos de evitar el exceso glucémico en la sangre, que es lo que hará que el páncreas empiece a segregar insulina para rebajar el índice de glucemia, lo cual genera procesos metabólicos (lipogénesis) que almacenarán de forma anormal las grasas de la última comida.

La glucemia en la sangre crece por los glúcidos en los alimentos, los cuales están exageradamente inflados en los alimentos de nuestra sociedad actual.

Como referencia, el cuerpo humano sano, en ayunas, debería tener un índice glucémico de 1gr por litro de sangre.

Azúcar: Es el primer elemento de la lista negra. Hay que evitar todo alimento que contenga azúcar: bollos, dulces, "chuches", salsas (ketchup, mostaza, barbacoa, gaucha...). Produce adicción, fatiga, diabetes, caries, enfermedades coronarias y engorde. Sustituir mejor por miel, sacarosa o fructosa. Índice glucémico: 70.

Pan: El pan actual está hecho de harinas industriales refinadas, y dan un índice glucémico alto, y aporta mucha energía en forma de almidón. Lo mejor es prescindir de él durante las comidas, o bien, en el desayuno, pan natural (oscuro) o integral. Cuanto más blanco sea el pan, tanto peor. El auténtico pan natural integral tiene un índice glucémico de 40.

Patata: La patata es un tubérculo bueno en estado crudo, pero cocinado tiene almidones resistentes en la digestión humana. Su índice glucémico es muy elevado, sobre todo si está frita o cocida (90-95). Hervida con piel tiene un índice glucémico de 70 (como el azúcar).

Zanahoria: La zanahoria tiene un índice glucémico de 35 cuando está cruda, pero hervida o cocida puede llegar a 85.

Arroz: El arroz blanco es un arroz occidental rico en almidones, por lo que el índice glucémico se dispara. El arroz más sano es el largo y también el basmati (50), o el arroz integral (40). Hay que evitar el arroz precocinado (90) y el arroz instantáneo (85) y los pasteles y galletas de arroz inflado (85). El arroz hay que cocerlo una parte de arroz y dos de agua, dejando que se hinche cortando de golpe la fuente de calor.

Maíz: Mejor comerlo al natural, en lugar de palomitas de maíz (85)


Pastas: Las pastas están realizadas con harinas industriales refinadas, por lo que el índice glucémico es muy alto. Es recomendable la pasta fina "pastificada", como el espaguetti, o los fideos (índice de 50 con una cocción entre 8 y 12 minutos). Es recomendable que se cocine "al dente", es decir con una cocción entre 5 y 6 minutos (índice de 45), e inmediatamente después enfriar con agua fría.

Legumbres: Las legumbres tienen un índice glucémico bajo. Lo que engorda es cómo se elaboran, y normalmente se les hecha todo tipo de añadidos malos: chorizo, tocino, morcilla... Mejor en forma de ensaladas o salteadas.

Fruta: Son muy sanas y, aunque tengan un índice glucémico un poco alto (debido a la fructosa, la sacarosa y la glucosa), tienen además fibras que reducen dicho índice glucémico. Lo mejor es comer la fruta sola, nunca acompañando o terminando otras comidas. En ayunas es esencial.

Alcohol: Prohibidísimo!!! Especialmente la cerveza (la maltosa tiene un índice glucémico de 110) y los licores destilados y derivados del azúcar (ron, anís...). El único aconsejable es un vasito de vino al día, después de la comida.

Gaseosas y sodas: Prohibidísimo!!! Estas bebidas tienen un altísimo contenido en azúcar, además de otras sustancias químicas que harían vomitar a una cabra. Las colas, por ejemplo, tienen ácido fosfórico, las cuales se comen las articulaciones del cuerpo.

Lácteos: Consumir leche desnatada, quesos no grasos (0%), y yogures (aconsejablemente desnatados y sin azúcar).

Zumos: Es mejor exprimir la fruta directamente, ya que si no pierde sus vitaminas. En caso de comprarlos en la tienda, que sean lo más naturales y concentrados posibles, sin azúcar ni productos químicos adicionales.


Además de los consejos de Michel Motignac, yo añado otros que me dió mi médico:

Cereales: No consumir cereales industriales, ya que se les añade azúcares y muchas otras cosas que no hacen si no adulterar un producto tan sano. Los mejores, de herbolario y sin tratamiento químico. Eso sí: el sabor puede ser muy áspero.

Bollería: Prohibido! La bollería industrial tiene el problema de las harinas industriales refinadas, además del añadido de azúcares y otro tipo de dulces: mermeladas, chocolate, etc.

Chocolate: Recomiendo un chocolate con un 70% de pureza mínimo y en pocas cantidades (una o dos onzas diarias), ya que incluso es beneficioso para el corazón. Yo prefiero un 99%, pero es necesario un paladar exquisito que aprecie un chocolate tan amargo.

Frituras: Prohibiísimo! Transforman el índice glucémico de los alimentos, además de añadir grasas a los alimentos. Mi recomendación es todo a la plancha o al horno, incluyendo las pastas.

Carnes: Es mejor comer carne de ave sin piel, especialmente pollo o pavo. También recomiendo la carne de conejo. Estas carnes tienen pocas calorías, sobre todo a la plancha. No recomiendo carnes de caza, carnes rojas, ni carnes con mucha grasa o tratadas como embutidos. La única excepción sería el jamón sin betas de grasa.

Pescados: El pescado blanco es el mejor, aunque el azul también lo es. En mi caso, que sufro de ácido úrico, el pescado azul no es lo más aconsejable. En todo caso, el pescado mejor a la plancha. Procuraría evitar en lo posible los pescados grasos como la trucha o el salmón.

Salsas: Las salsas suelen tener harinas para espesar, lo que añaden un poder glucémico muy alto. Asimismo, suelen añadirse azúcar a estas salsas. Si además son comerciales, añaden otro tipo de añadidos químicos poco recomendables para la salud.

Sal: Es fatídica para la tensión. Recomiendo una dieta pobre en sal.

Conservas: El alimento en conserva no es un producto sano, debido a la cantidad de salsas y productos que se le añaden que no contribuyen, para nada, a una buena salud.

Una buena alimentación comienza por una buena selección de alimentos, y preparados de la manera más natural posible. Es muy importante evitar toda la comida preparada, especialmente si es industrial, que lo único bueno que tiene es la comodidad de preparación.

Asimismo, el ejercicio es indispensable para que la alimentación y el cuerpo sintonicen, además de ser una vía de descarga de estrés y de las preocupaciones, aportando, además, paz interior. No hay que competir, ni escoger un deporte muy agresivo. Con andar un mínimo de media hora al día es suficiente para fortalecer los músculos.

Para adelgazar es recomendable un deporte aeróbico: footing, spinning, bicicleta... Pero si se empieza, es conveniente empezar muy tranquilamente y sin querer muchas pretensiones. Con cinco o diez minutos a un ritmo tranquilo es suficiente. Tiempo habrá para ir marcándose metas más altas.

El agua es vida, y es un elemento primordial para purificar el cuerpo. Con litro y medio o dos litros diarios son suficientes.

A pesar de los consejos aquí expuestos, lo más recomendable es tener el control de un experto en dietética para una alimentación sana.


Rafael Hernampérez

1 comentario:

Anónimo dijo...

Magnifico articulo, nos da la posibilidad de reflecionar sobre loque comemos y lo que le hacemos al cuerpo, es como la puerta para enteder que somos lo que comemos