martes, julio 11, 2006

El reflejo de la vida (cuento sufí)

Había una vez un anciano que pasaba los días sentado junto a un pozo a la entrada del pueblo.

Un día, un joven se le acercó y le preguntó:

- Yo nunca he venido por estos lugares... ¿cómo son los habitantes de este pueblo?

El anciando le respondió con otra pregunta:

- ¿Cómo eran los habitantes del lugar de donde vienes?

- Eran egoístas y malvados, por eso me he alegrado de salir de allí.

- Así son los habitantes de este lugar - respondió el anciano.

Un poco después otro joven se acercó al anciano y le hizo la misma pregunta:

- Soy forastero aquí. ¿Sería tan amable de decirme cómo son los habitantes de este lugar?

El anciano le respondió con la misma pregunta:

- ¿Cómo eran los habitantes del lugar de donde vienes?

- Eran buenos, generosos, hospitalarios, honestos y trabajadores. Tenía tantos amigos que me ha costado mucho separarme de ellos.

- Así son los habitantes de este lugar - respondió el anciano.

Un hombre que había llevado a sus animales a beber agua del pozo, había escuchado las dos conversaciones. Cuando el joven se alejó le preguntó al anciano:

- ¿Cómo puedes dar dos respuestas completamente distintas a la misma pregunta hecha por dos personas?

- Mira - le respondió el anciano -, cada uno lleva el universo en su corazón. Quién no ha ha encontrado nada bueno en su pasado tampoco lo encontrará aquí. En cambio, áquel que tenía amigos en su lugar de origen, encontrará también aquí amigos leales y fieles. Porque las personas son lo que encuentran en sí mismas. Encuentra siempre lo que esperan encontrar. Todo lo bueno y lo bello de la vida que necesitas lo llevas dentro de tí. Simplemente, déjalo salir.

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